miércoles, 30 de mayo de 2012

PRACTICA LA LUZ DEL ÉXITO

               DE UN NEWSLETTER DEL DR CORMILLOT


Cambiá tu estilo de vida exitósamente Practicá las P del Éxito
Cada una de ellas sugiere un cambio positivo en tu estilo de comer y de vida.
Estas palabras que comienzan con P pueden orientarte para llevar adelante un cambio en tu estilo de vida, ¡si vos te lo propusiste!

*Paciencia
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 La naturaleza es lenta, los cambios se instalan de a poco. Pasar de la lactancia materna a una alimentación variada puede llevarle a un niño por lo menos un año. Si estuviste meses, años o toda una la vida comiendo de una manera 'engordante', el reemplazo de éste hábito requiere de mucha paciencia y práctica.

*Participación. 

Comprometerse con otras personas puede fortalecer el cambio. Participar de un grupo de autoayuda puede ser una excelente opción.

*Perdurable. 

Cualquier dieta puede sostenerse durante un par de semanas. Hasta la más extravagante. Pero, ¿querés resolver tu problema de una manera duradera? ¿Es éste otro noviazgo corto con la dieta o estás decidido a comprometerte con un hábito de vida saludable?

*Personal.  

Tu plan de alimentación y movimiento se va a ir armando de a poco. Vas a combinar de una manera personal e intransferible las sugerencias que recibís de tu nutricionista, tu médico o los coordinadores y participantes del grupo para bajar de peso. Lo que es conveniente para otra persona, no necesariamente lo es para vos.

*Plan B. 

 Si una manera no funciona, pasá a otra. Tenés que tener siempre a mano una alternativa para cuando algo falle. Se perspicaz, creativo y animate a ir probando.

*Peso. 

Un plan sirve sólo si el resultado a largo plazo se puede ver en la balanza. Para notar mejor los cambios, además de pesarte semanalmente, completá la Curva de Peso. Ése gráfico te permitirá registrar hasta esos inocentes doscientos gramos que subiste de una semana a otra y que pueden frustrarte a fin de mes. O, al contrario, alegrarte por esos trescientos que bajaste, lenta pero sostenidamente. Ver las variaciones a tiempo te va a permitir hacer ajustes, lo cual aumenta las posibilidades de éxito.

*Planificar. 

El desorden muchas veces es simplemente un orden puesto al servicio de comer de manera engordante. Tienen que reordenar: ordenar de una manera diferente. Es conveniente planificar la compra, el transporte, el almacenamiento, la preparación, el servicio, la ingesta, el desecho, el acto de comer afuera, las fiestas y las vacaciones. Todo tiene que contemplarse para que no se auto-engañen luego.

*Practicidad. 

Tiene que ser fácil y práctico. Si la primera vez te enganchaste en un plan complicado, lo podés adjudicar a tu calidad de novato. La segunda vez, también. Pero después de varios fracasos con dietas difíciles de llevar a la práctica, conviene que te preguntes si no hay un pequeño deseo, más o menos inconciente, de que nada cambie. La practicidad es clave a la hora de evitar excusas, tanto en la comida como en el movimiento.







*Práctica, práctica, práctica. 
Tenemos la neuroplasticidad positiva a nuestro favor: la capacidad de hacer conexiones neuronales nuevas que nos permiten respuestas convenientes a nuestro objetivo de bajar de peso y mantener los logros. En este camino de reemplazar hábitos viejos, la repetición es fundamental. Insistir en los cambios una y otra vez es lo que asegura, trabajo mediante, la incorporación de conductas saludables.

*Precaución. 

La comida está siempre presente en la vida. No te engañes con los 'imprevistos'. Planificá y mantenete alerta: las viejas respuestas están al acecho, esperando la oportunidad para manifestarse nuevamente.

*Paladar. 

 Quizás tenés que cambiar la frecuencia en que comés, o achicar la porción, o modificar la receta para bajar un poco el contenido de grasa o azúcar. Pero siempre respetando tu paladar. Si no lo hacés, vas a tener más probabilidades de abandonar pronto el plan para adelgazar y tu entrenamiento en el cambio de hábitos, que tienen que durar para toda la vida.

*Parecido. 

 Lo que comés tiene que ser lo más parecido posible a lo que come tu familia y el entorno que te rodea. Es posible que hagas algo raro durante un tiempo corto. Por ejemplo, llevarte una vianda a un casamiento. Vas a ser el héroe de la fiesta, pero ¿cuánto te puede durar esa estrategia? En cambio, practicá la moderación. Vas a ver que si hacés una colación antes de una reunión, buscás otras distracciones lejos de la comida, te servís lo que vas a comer en un plato tamaño postre y controlás la bebida alcohólica, vas a poder hacer lo mismo que el resto de los invitados. Y sostener tu plan sin esfuerzo y sin que nadie lo note.

*Partida. 

Cuantas más veces comas durante el día, más se activará tu metabolismo y tendrás menos apetito. En cambio, comer pocas veces facilita que la comida se asimile con mayor facilidad.

*Pausada. 

 Ayuda mucho comer masticando bien los alimentos. La sensación de saciedad no sólo se produce por la cantidad de comida que comemos. La orden de parar de comer tarda un tiempo en llegar al cerebro. Entonces, cuanto más rápido comas, más habrás ingerido cuando llegue la hora de detenerte y te vas a haber llenado de calorías innecesarias.

*Permisos. 

Es el nombre erróneo que le suele poner la gente a una comida rica y engordante. ¿Quién se lo da o se lo quita? Sólo vos podés hacerlo. ¿Por qué es erróneo el nombre? Porque es mejor sacarle la sensación de excepcionalidad, ya que la comida rica tiene que formar parte de tu plan. ¿Cómo regularte? Eso depende del momento que estés transitando: si estás fuerte y deseás bajar de peso más rápido, quizás podés hacer tu plan más estricto. En cambio, si estás atravesando un momento de 'energías dietéticas bajas', te conviene concentrarte en mantener el orden y la distribución de las comidas, darte más gustos (así preferimos llamarlo) y aceptar que vas a adelgazar un poco más lento hasta que recobres otro ritmo. Esta es la realidad del tratamiento: variar, alternando las exigencias con vos mismo/a. ¿Quién decide? Vos.

*Placer. 

 Comer es un placer que se puede tener varias veces por día. Si te privás de él, no vas a lograr que el plan sea perdurable. Acordáte de los 'Permisos'.

*Pluralidad.

 La comida tiene que ser variada, tanto para obtener los nutrientes indispensables para mantenerse sano, como para evitar el aburrimiento. Tenés que usar tu ingenio a la hora de pensar qué vas a comer. Se puede comer rico y sano a la vez. Si no tenés recetas, buscá información en Vivir Mejor o en www.cormillot.com. Hay muchas preparaciones deliciosas no engordantes que pueden ser prácticas y ayudarte a darle variedad y color a tu comida.

*Porciones. 

Todo es diet si se cuida la porción...y viceversa: todo puede engordar si se exagera (salvo por las gaseosas o la gelatina light, que contienen poquísimas calorías). Hay mucha gente que se las arregla para engordar comiendo alimentos light. Vos podés ser flexible en la porción, en la calidad del alimento, o en la grasa/azúcares que aporta. Pero si descuidás todas estas cosas, no estás siendo flexible, sino permisivo. Por ejemplo, comer una fuente de ensalada es flexibilidad con la porción; comer un alfajor lo es con la grasa. Para un obeso de 200 kilos, 6 empanadas puede ser flexibilidad; pero para uno de 80 kilos, es casi un atracón. Si elegís de postre 2 bochas de helado, estás siendo flexible con el azúcar y la grasa...si comés medio kilo, estás siendo permisivo.


Te propongo que reflexiones sobre estas palabras antes de pensar en conquistar un peso sano. Aunque hay muchas más que pueden ser útiles para iniciar un cambio en tu estilo de vida, éstas son disparadores para pensar en aspectos que conforman el acto de comer y pueden ayudarte a mantener tu descenso de peso para siempre...¡disfrutando de tus logros mientras adelgazás!

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